Mui Ne. Merecido descanso

A las 7:30 cogimos un autobús organizado por Sinh Tourist con destino a Mui Ne. Tardamos 4 horas y pico en recorrer los 180 km desde HCMC.

Mui Ne es un pequeño pueblo de pescadores que está justo al final de una larguísima playa de más de 10 km. a la que da nombre. A lo largo de toda la playa se suceden los hoteles y resorts tipo Caribe. La ciudad importante más cercana es Phan Tiet, a solo 15 km.

Tras el agotamiento físico del viaje debido sobre todo al calor decidimos darnos un merecido descanso y tumbarnos un par de días en las blancas arenas de esta playa para volver con energías renovadas a casa.

Mui Ne - Hotel Bom Bien

hotel_redLlegamos al resort Bon Bien, que previamente habíamos visto por Internet. Nos pidieron $70 por moche pero finalmente y después de una intensa negociación nos respetaron el precio de agoda.com de $55. Hay que decir que en esta zona el alojamiento es más caro, al menos si vas a un resort, y los precios iban de $40 para arriba. La habitación era correcta, sin lujos, quizá un poco oscura. El desayuno estaba incluido en el precio y se tomaba en el restaurante a pie de playa (todo un lujo). El hotel dispone de una buena piscina así como de hamacas con sombrilla en la playa. Vamos, lo suficiente para estar dos o tres días al sol.

Y sol tuvimos bastante, de hecho el segundo día me descuidé con la crema y acabé quemado como un cangrejo.

Playa de Mui NePlaya de Mui Ne

Lo más sorprendente de la zona fue ver que casi todos los negocios tenían sus carteles y menús traducidos al ruso. Efectivamente en la playa vimos bastantes personas de esta nacionalidad. Se ve que Mui Ne es un destino popular para ellos, ya que en el resto de Vietnam apenas pude ver ningún cartel en ruso.

Al ser temporada baja los hoteles estaban muy vacíos así como los locales para cenar y para copas. En la playa era muy satisfactoria la sensación de estar prácticamente solo a lo largo de 10 km de arena y palmeras, solo interrumpido de vez en cuando por el ruido de motos de agua y algún vendedor de souvenirs playeros.

Dándome un baño

Comer y beber, una dura vida

De los variados sitios que frecuentamos durante nuestra estancia en Mui Ne nos gustó mucho el Sankara, en el km 13, un bar-restaurante con decoración moderna en plan lounge bar-chill out que incluso tiene una pequeña piscina para los clientes. La música es relajante, como corresponde, y te sientes muy a gusto mientras tomas un buen zumo de frutas a la orilla del mar.

restaurante_redOtro restaurante a destacar entre los muchos que existen a lo largo de la calle principal es el Rung Forest,un sitio decorado con mucha vegetación y luces. La comida era un poco distinta a lo habitual que habíamos visto en Vietnam hasta la fecha, al igual que el personal. Estos pertenecían a la etnia local Cham, más morenos que los vietnamitas. Además tenían música en directo con una curiosa mezcla de tambores y danzas.

Para comer pedimos unas ostras frescas que nos sirvieron aliñadas con un poco de wasabi, un ajete, sal, limón y enrolladas en una hoja verde a modo de rollito, lo que le daba un sabor muy original y menos fuerte que el de la ostra sola. Después decidimos probar el cocodrilo al grill, que resultó una carne un tanto seca y correosa, y para terminar una langosta a la plancha que estaba muy rica aunque no era tan grande ni sabrosa como las del Cantábrico.
En conjunto bien, aunque como siempre hay que tener cuidado al pagar por si te hacen un cambio malo a dólares o te cobran el cocodrilo a otro precio que el que marcaba la carta o por si no te aparece añadido en la cuenta el 10% del servicio. Es de estas cosas que te deja un mal sabor de boca en un sitio en el que has comido bien y estado a gusto.

Otro sitio agradable para tomar copas es el DejaVu en el km 11,5, con una buena carta de cócteles a buen precio (60.000 dongs, por aquí lo típico son 95.000) y donde tenían un guitarrista en directo que tocaba grandes éxitos de música occidental en un tono muy suave. Un sitio de ambiente muy agradable donde refrescarse con un buen cóctel antes de cenar.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redDurante los largos viajes por carretera es muy frecuente ver tumbas sueltas en medio de los campos de cultivo. En Vietnam la mayoría de la población es budista (un 80%). Según nos contó un guía para el budismo la vida no es más que un “viaje” que está haciendo el espíritu sobre la Tierra con un cuerpo “prestado” que solo es materia.

Por lo tanto una vez muerta la persona (finalizado el viaje, vuelve al estado de espíritu) el cuerpo es enterrado para que se reintegre con la tierra. No hay cementerios colectivos, como en la iglesia católica ya que no hay una institución que rija los asuntos religiosos. El muerto es enterrado en alguna de las posesiones de la familia, y es fácil ver un par de tumbas en medio de un campo de arroz.

Por su parte el espíritu permanece con la familia y también necesita comer. Es por esto que en casi todas las casas hay un altar dedicado a los antepasados y a los que ofrecen comida, destacando por la frecuencia en las ofrendas una especie de galleta-bizcocho.

Mui Ne

Ciudad Ho Chi Minh. Delta del Mekong

Mercado flotante

A las 8 de la mañana partía la excursión organizada por Sinh Tourist para ver el delta del Mekong. Hay varias excrusiones a elegir, de 1 a 3 días. Entre las de 1 día hay la que va a My Tho y Ben Tre ($10), enseñándote las poblaciones del delta y la forma en que viven, o la de Cai Be y Vinh Lohn ($13) en la que además puedes ver el mercado flotante matinal de Cai Be. Elegimos esta última.

Delta del Mekong

El trayecto hasta Cai Be son unas dos horas y pico, incluyendo una pequeña parada. Nada más llegar esperamos en el embarcadero, donde por supuesto estaban vendiendo bebidas, para subir a nuestro bote. Rápidamente recorrimos las orillas de Cai Be. Lo más llamativo es que toda la vida de la gente está orientada hacia el río ya que es la principal vía de comunicación y en el delta forma innumerables canales. Todas las casas y tiendas (como en el resto de Vietnam, cada casa hace a la vez de tienda) están abiertas al río y tienen un punto de atraque para los botes.

A las 10:30 llegamos a la zona del mercado flotante. La actividad a esas horas ya es mínima pero te puedes hacer una somera idea de como sería en momentos de máxima actividad. Hay unos cuantos botes de distintos tamaños, muchos de los cuales sirven a la vez de vivienda, vendiendo cada uno sus productos. Para identificarlos cuelgan un ejemplar, por ejemplo una sandía, en lo alto de una caña de bambú sobre el barco de tal manera que el resto de barcos sepan que es lo que se vende. Para comprar los barcos se acercan entre ellos y realizan el intercambio.

Delta del Mekong

Dimos un par de vueltas en nuestro bote por la zona del mercado, pero como ya comentaba antes, la actividad era mínima y apenas dió para apreciar su funcionamiento. Si dispones de tiempo y estás interesado quizá merezca la pena coger una excursión de 2 ó 3 días para pasar la noche aquí y madrugar para ver el bullicio. Sino esta excursión de un día en realidad es un mal sustituto para ver el mercado.

Tiendas y más tiendas

Licor de serpiente

A continuación nos llevaron a unas casas donde se dedicaban a fabricar distintos productos tradicionales, como palomitas de arroz para hacer las obleas de arroz inflado, caramelización de arroz inflado, licor de arroz con un escorpión y una cobra en la botella, papel de arroz muy utilizado en la cocina para hacer rollitos de primavera, o miel local. En cada uno de estos recintos había por supuesto una tienda donde te ayudaban amablemente a gastarte todo tu dinero. Es lo que tienen las excursiones organizadas, que siempre te llevan a este tipo de sitios. Por eso suelo huir de ellas como de la peste.

Posteriormente nos llevaron a otra zona para recorrer los canales interiores, más pequeños, en una barca de remos. Estos canales son más bonitos por la tranquilidad que se respira en ellos y por la vegetación que se cierra sobre el canal, aunque personalmente la esperaba más selvática. Tras el paseo de 20 minutos en barca recorrimos a pie una de las islas del delta atravesando todos los terrenos de la gente que vive por allí pudiendo apreciar que está todo bastante descuidado a pesar de que la tierra es muy fértil. Tras 15 minutos caminando bajo el sol nos pararon en un cobertizo con la excusa de darnos a probar fruta local, algo que se parecía a manzana, pero donde además vendían bebidas frescas. Inmediatamente después de la parada volvimos a subir al bote y nos dirigimos al restaurante.

Resultó que el restaurante tiene unos jardines muy cuidados con arbustos cortados formando distintas figuras. Nos pusieron de comer un tipo de pez local, lo sirvieron muy asado y con las escamas levantadas. Con él hicieron unos rollitos que no estaban mal aunque el pescado estaba demasiado hecho. Curioso simplemente. Había otro pescado en salsa que sí que estaba realmente bueno. Para completar algo de arroz y verduras. Las bebidas las tuvimos que pagar aparte, por ejemplo la cerveza costaba 20.000 dongs.

Vuelta al barco y ya emprendimos viaje de regreso, en el que tardamos casi 3 horas ya que nos pareció que el autobús había dado un buen rodeo con el solo propósito de para en el área de descanso de algún amiguete de los de la excursión.

En definitiva, no merece mucho la pena, aunque el precio es realmente barato ($13) así que a falta de mejor opción al menos económicamente no duele.

Otra buena cena

Antes de cenar salimos a pasear por el centro de Saigón. Lamentablemente era la hora del chaparrón diario así que lo capeamos como pudimos.

restaurante_redPara cenar fuimos al Temple Club, situado en la zona de hoteles 5 estrellas en pleno centro de Saigón. El sitio era una casa de piedra muy bien redecorada haciendo un ambiente muy agradable.

Pedimos unos rollitos variados como entrante y obtuvimos una muestra de todos los tipos de rollitos que habíamos comido hasta la fecha. A destacar el sabor delicado a menta del rollito de gamba envuelto en papel de arroz sin cocinar.

De plato principal pedí cerdo asado a la naranja. La salsa de naranja estaba buenísima así como el suave crujiente que rodeaba la carne de cerdo. Los otros platos también tuvieron mucho éxito como el pescado en salsa de tamarindo (delicioso) o un curry de pollo que tenía a la vez un sabor picante pero suave.

La cuenta nos salió por algo más de 250.000 dongs por cabeza. Un tanto elevada para este país ya que hubo días en los que por ese dinero habíamos cenado los cuatro. No obstante la comida estaba muy rica y pensando que al fin y al cabo son solo 10 euros hay que concluir que estuvieron muy bien gastados.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redHCMC es la ciudad más rica del país y por lo tanto la más cara. Como referencia un limpiador o camarero puede ganar desde $100 al mes mientras que en Hanoi serían tan solo unos $70. Por eso también esta ciudad es un polo que atrae a millones de vietnamitas en busca de una mejor fortuna.

Ciudad Ho Chi Minh. Cu Chi y la guerra

Túneles de Cu Chi

El día anterior por la noche habíamos contratado en el hotel una excursión de medio día a los túneles de Cu Chi ($6). Nos vinieron a buscar de la cercana agencia TNK Travel para subirnos al autobús. Eran las 8 de la mañana.

Durante el camino el guía nos contó curiosidades de Vietnam, de Ciudad Ho Chi Minh (en adelante HCMC) y de la guerra.

En algo más de una hora llegamos a Cu Chi, a 40 km de HCMC, por el intenso trafico matutino. Durante la guerra de Vietnam, aquí llamada guerra americana, el Vietcong excavó en esta zona un complejo sistema de más de 250 km de túneles donde se escondían del ejercito americano y de los que solo salían para acciones bélicas.

Túneles de Cu Chi

Tras pagar la entrada (80.000 dongs) nos pusieron un video tipo No-Do rodado durante la guerra donde se alababan las virtudes de los combatientes vietnamitas. Sobre una maqueta el guía nos explicó como estaban construidos los túneles y como el ejercito vietnamita hacía frente con su ingenio a los ataques de los americanos a pesar de su notable inferioridad tecnológica y de material.

Luego pasamos a ver las trampillas por donde entraban a los túneles. Estas son de dimensiones diminutas, lo justo para que pasase uno de los delgados y pequeños vietnamitas y por las que no cabía casi ningún soldado americano. No probé a entrar en la trampilla porque me pareció que dentro la sensación tendría que ser muy claustrofóbica.

Trampas de Cu Chi

A continuación nos enseñaron las trampas que tendía el Vietcong a lo largo de la selva. Dadas sus limitaciones en material las trampas se parecían a las de los tebeos o libros de aventuras: agujeros en el suelo con lanzas de bambú, trampas que caían de repente desde un árbol, etc. Muy curioso.

También nos enseñaron lo que sería una sala de “reciclaje” de armas. El Vietcong recogía todas las armas y uniformes abandonadas por los americanos, incluso bombas sin explotar y en estos talleres las convertían en minas anti-tanque u otros utensilios.

En el recinto hay un campo de tiro donde puedes disparar una selección de armas como un AK47, un M16, etc. por precios desde 250.000 dongs.

Los americanos intentaron acabar con Cu Chi de muchas maneras: inundando los túneles, echando gas, incluso quemando todo el terreno con el objeto de poder seguir las huellas de los soldados del Vietcong. Contra esto se inventaron unas sandalias muy curiosas a las que les ¡dieron la vuelta a la suela! De esta manera al caminar parecía que las huellas quedaban del revés por lo que era imposible determinar de donde procedían y hacia donde se dirigían. Con el tiempo estas curiosas sandalias, que las hacían reutilizando neumáticos gastados, recibieron el nombre de sandalias Ho Chi Minh.

Pánico en el túnel

Nos invitaron a recorrer un tramo de túnel. Hay que decir que la entrada está ensanchada y con escaleras y que el propio túnel ha sido ampliado hasta 1 metro de altura. Aun así el espacio es minúsculo y había que avanzar en cuclillas o bien de rodillas. Los vietnamitas son mas pequeños y delgados, y además cuando tienen que esperar en su vida habitual se pasan largos ratos en cuclillas por lo que están acostumbrados a esta postura y tienen la flexibilidad necesaria. No es de extrañar que cupiesen por esos túneles. El tramo que se puede recorrer es de unos 100 metros que se hacen larguísimos, aunque hay salidas cada 20 m. Hicimos el tramo entero, justo hasta donde conectaba con un túnel sin retocar que efectivamente era la mitad de grande que por el que estábamos transitando. Si este ya me pareció claustrofóbico, no me quiero imaginar el otro. De haber sido yo vietnamita creo que hubiera preferido que me matasen los americanos antes que pasar 3 años por esos túneles. Aunque nunca se sabe, uno se acaba acostumbrando a todo.

Finalizada la muy interesante visita a Cu Chi, el autobús hizo una parada en una fábrica donde personas afectadas por el agente naranja realizaban afanosamente multitud de platos, cuencos, cuadros y objetos de adorno. Podías comprarlos allí mismo y ayudarles a su subsistencia, pero hay que decir que los precios eran infladísimos comparados con el mismo artículo en un mercado cualquiera.

Mejorando el hotel

hotel_redComo no nos había gustado nada el hotel del día anterior fuimos en busca de uno distinto. Visitamos el Asian Ruby Hotel 3, que habiamos visto por Internet. Está en un edificio nuevo y las habitaciones son amplias e impecables. Al final salía por unos $40 así que fuimos a mirar algún otro. No obstante si estás dispuesto a pagar ese precio el Asian Ruby es un muy buen hotel.

Alrededor del parque central de HCMC hay muchísimos hoteles. Cerca del anterior dimos con el hotel Hai Ha. La habitación era también amplia y el baño estaba bien aunque ya se le veía que no era nuevo. Las habitaciones daban a la parte trasera por lo que no sufriríamos el ruido constante de la calle. Tiene wifi gratis pero no tiene desayuno. El precio eran $22, y nos quedamos allí. Un hotel correcto, sin pretensiones, a un precio ajustado.

El chaparrón vespertino

Tras dejar las maletas salimos a recorrer Saigón. En el centro del distrito 1 hay un larguísimo parque. Lo primero que nos llamó la atención fue que había mucha gente haciendo ejercicio a lo largo de todo el parque, tanto andando como corriendo o en las máquinas allí dispuestas. Un poco más allá había unos tenderetes donde la gente estaba aprendiendo a bailar, aunque la música que ponían tenía muy poco que ver con los ritmos de salsa o pasodoble que intentaban ejecutar.

Al final del parque se encuentra el mercadillo de Ben Tranh, el más conocido de HCMC, que es una miríada de pequeños puestos que ocupa varias calles de los alrededores y en los que puedes encontrar de todo.

En este mes estamos en plena estación de lluvias en la parte sur de Vietnam. Esto hace que todos los días por la tarde al atardecer caiga un tremendo chaparrón que hace casi imposible caminar por las calles aunque los locales lo combaten con chubasqueros de plástico que les llegan a los pies y que por supuesto puedes comprar casi en cualquier sitio de la calle.

restaurante_redEra un buen momento para ir a cenar así que nos dirigimos al restaurante Son Ngoc, especializado en marisco. La entrada es una arcada muy grande y bien decorada con muchas luces que hacían presagiar un sitio caro.

Al ser un sitio elegante especializado en marisco, en la carta efectivamente había algunos platos que eran bastante caros, del orden de 700.000 dongs y más. Nosotros pedimos como entrantes unas vieiras que luego había que comer sobre pan de gambas. Iban preparadas con una salsa a base de verduras y especias que le daban al conjunto un delicioso toque dulce. Muy rico.

Después compartimos otros platos, a destacar unas almejas en salsa tailandesa que eran un pelín picantes y unas ostras gratinadas con una salsa que le daba un sabor peculiar al plato, menos fuerte que el de las ostras crudas.

La cuenta, con unas cervezas, nos salió por algo más de 180.000 dong por cabeza. En cuanto al vino, en la carta había varios vinos internacionales (Australia, Chile, Francia…) pero ninguna botella bajaba de 500.000 dongs. Esto era así en casi todos los restaurantes que tenían vino.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redEn HCMC viven más de 10 millones de habitantes en el área metropolitana y se calculan unos 7 millones de motocicletas. No es de extrañar que las calles,aceras y parques estén abarrotados de peatones y motos a cualquier hora del día.

Angkor Thom. Los otros templos

Angkor Thom

El otro templo principal del conjunto de Angkor es el de Angkor Thom. Consiste en un recinto de 3 x 3 km dentro del cual hay varios templos en distintos estados de conservación.

En el centro del recinto está el Bayon. Este templo está semi-reconstruido y es famoso por la multitud de torres en las que aparecen caras que miran a todos los puntos cardinales. Se cree que estas caras pertenecen al rey que construyó el templo, que mira a su reino en todas las direcciones. La visita es obligada, ya que la impresión que dan las decenas de caras gigantes es sobrecogedora.

Caras de Angkor Thom

A continuación nos dirigimos al Baphuon, siempre por una ruta de visita bien señalada. Este templo está al final de una pasarela elevada de varios cientos de metros. No se permite la visita al interior ya que está siendo reconstruido aunque se puede ver casi entero. En la parte de atrás hay un enorme Buda recostado aunque no en buen estado.

Sigue la visita por el Phimeanakas, una especie de pirámide bastante ruinosa. El único mérito es poder subir a la cúspide desde donde tienes vistas de la selva circundante, aunque puedes ahorrarte el esfuerzo. A su lado está el Srah Srei, el baño de las mujeres, una gran charca artificial que tampoco tiene nada que ver.

Terraza de los Elefantes

El camino te lleva de nuevo a la calle principal del recinto donde está la Terraza de los Elefantes. Es una pasarela elevada adornada por los lados con grabados de elefantes que es bastante bonita y que era usada por el rey para recibir e impresionar a los gobernantes extranjeros. Caminando por la Terraza se llega a la Terraza del Leper King (?), continuación natural de la anterior. En el muro inferior hay unas paredes interiores con unos grabados bastante bien conservados que representan el inframundo aunque las imágenes no eran para nada tenebrosas. Lo más llamativo de los grabados era el detalle con el que estaban hechos, con expresiones sorprendentemente realistas en las caras y representaciones de casi todos los animales de la zona.

Este recorrido nos llevó unas 3 horas y allí estaba esperando nuestro coche para llevarnos a otros templos cercanos a Angkor Thom y completar el llamado Circuito Pequeño. Este circuito comprende Angkor Wat, Angkor Thom y otros templos pequeños y es ideal para hacerlo en un día o día y medio. Hay otro circuito típico llamado el Circuito Grande que necesita entre 2 y 3 días para completarlo.

La siguiente parada fue el Thomannon, un pequeño pero muy bonito templo con bastantes grabados. Enfrente de éste hay otro que no merece la pena.

Ta Keo es un templo curioso ya que las paredes no tienen ningún grabado. Se puede subir a la cima aunque desde allí solo se ve la selva. Prescindible si andas corto de tiempo.

Los locales publicitan especialmente el templo de Ta Phrom ya que allí fue rodada parte de la película Tomb Raider con Angelina Jolie. Este templo está muy bien, lo han dejado tal cual estaba cuando lo descubrieron limpiando tan solo la maleza. Es impresionante ver los enormes árboles creciendo por encima de los muros con sus descomunales raíces. Imprescindible.

Ta Phrom

Un poco más allá está el templo de Banteay Kdei aunque está casi en ruinas y no vimos nada de interés en él. Cruzando la carretera hay un gran lago, el Srah Srang, una bonita vista para descansar de tanta piedra. Entre los tenderetes de recuerdos hay un bar que da comidas cuyas mesas que tienen vistas al lago. Ojo que es un bar en plan chiringuito local.

Aquí sufrimos la sorpresa desagradable cuando el conductor nos dijo que para ir al templo de las mujeres había que pagar $10 extra ya que estaba bastante lejos. Como nos quedaba tiempo decidimos ir a pesar de la encerrona.

Templo de las Mujeres

El llamado templo de las mujeres, Banteay Srei, es un templo de pequeñas dimensiones tanto en altura como en superficie, lo que lo hace más encantador. En comparación con los otros templos este parece una miniatura. Está hecho de una piedra rosada muy vistosa, en contraste con las piedras grisáceas de los otros templos. Lo más destacado es lo elaborado de los grabados con un relieve y una profundidad espectaculares. A pesar del mal sabor de boca de la trampa del conductor, al final merece la pena la visita ya que es un sitio muy bonito y diferente al resto de templos. Antes de empezar la excursión recordad negociar esta visita con vuestro conductor.

Adiós Camboya

A las 17:30 llegamos al hotel agotados tras un largo día de caminata. Afortunadamente no tuvimos el insufrible calor de otros días, si no hubiera sido insoportable.

Con los retrasos de los aviones nuestra visita se vio reducida a día y medio, aunque nos dio tiempo a ver lo más importante del monumental conjunto de Angkor.

Para salir del país hay que pagar otros $25. En esta ocasión también se pueden abonar con tarjeta.

El avión hacia Ciudad Ho Chi Minh salía a las 21:25. Curiosamente como ya había facturado todo el pasaje nos hicieron embarcar con antelación y salimos media hora antes de lo previsto.

De vuelta a Ciudad Ho Chi Minh

Tras aterrizar, en el control de pasaportes nos hicieron rellenar nuevamente el formulario de entrada a pesar de que teníamos un visado de entrada múltiple. Una formalidad burocrática que nos hizo perder más de 20 minutos.

Pillamos un taxi para ir a nuestro hotel. El taxista nos comentó que el viaje costaría unos 150.000 dongs así que nos subimos. Con el taxímetro en marcha el viaje resultó ser de 102.000 dongs. El taxista nos exigió los 150.000 ya que según él habíamos hecho un trato por una cantidad fija. En fin, las tretas de los taxistas son ilimitadas y hay que andarse con mucho cuidado para no caer en ninguna de ellas, aunque me temo que es tarea imposible.

hotel_redHabíamos reservado en el hotel Bisaigon en la zona más céntrica. El hotel resultó ser muy viejo y sin ascensor. Dado que ya era muy tarde para ponerse a buscar otro hotel cargados con las maletas decidimos quedarnos. Por la noche dormimos mal por el ruido del aire acondicionado que encima perdía agua que goteaba sobre el parquet y aumentaba el ruido.

A la mañana siguiente dejamos las maletas listas para buscar otro hotel ya que este dejaba mucho que desear.

Angkor Wat

Vietnam Airlines. Buena atención, mal servicio

Nos levantamos temprano para coger a las 6:30 el taxi que nos llevaría al aeropuerto para tomar el primer vuelo de la mañana hacia Siem Reap a las 8:35.

Cuando llegamos al aeropuerto no vemos mostrador de facturación abierto para este vuelo. Preguntando nos dicen que este vuelo había sido cancelado y que nos colocan en el siguiente que es a las 11:30. Parecía que no ibamos a poder llegar nunca a Camboya. Luego en Siem Reap nos contaron que era habitual que cancelasen el primer vuelo de la mañana cuando había pocos pasajeros.

Con pocas esperanzas de solucionar nada fuimos a protestar ante el jefe de turno e increíblemente conseguimos facturar las maletas en el momento y una invitación a su sala VIP por las molestias ocasionadas. Nunca había estado en ninguna de estas salas y la verdad es que la experiencia fue muy buena. Allí tuvimos todo tipo de bebidas, incluyendo alcohólicas, y comida (occidental y también los inevitables noodles) a nuestra entera disposición. Aunque eran las 8:30 de la mañana aprovechamos para hacernos unos cubatas para “suavizar” la espera :-D. Además hay Internet y Wifi gratis y unos sillones de masaje estupendos. Fue curioso ver a algunos tipos bastante trajeados que en su móvil tenían el himno soviético como tono de llamada y que tenían pinta de pertenecer al partido (el comunista, no hay otro): por supuesto las mejores atenciones para el “representante del pueblo”.

Aprovechamos para comer allí antes de subir al avión ya que no sabíamos cuando podríamos hacerlo nuevamente. Apuramos tanto la comida que al final nos tuvieron que llamar por megafonía para embarcar 🙂

Por fin esta vez (tercer intento) el avión salió puntual con poca gente a bordo y pudimos llegar a Siem Reap tras sólo una hora de vuelo. La impresión que nos quedó es que recibimos muy buen trato por el personal, que nos dedicó bastantes atenciones, pero que el servicio de la compañía vietnamita en cuanto a vuelos es malo con varios retrasos y cancelaciones poco claras. De hecho es bastante probable que ya supieran que el vuelo de las 8:30 iba a cancelarse cuando nos reubicaron en él la noche anterior.

Burocracia fronteriza

A la llegada al pequeño aeropuerto de Siem Reap nos espera un pequeño ejército de policías fronterizos para formalizar el visado de entrada. El visado se consigue allí mismo con solo presentar una foto y previo pago de $25. No se admite otra moneda aunque creo recordar que había un cajero.

Un hotel muy “cool”

hotel_redNuestro alojamiento en Siem Reap era el Kool Hotel ($25), encontrado a través de agoda.com. Nos vinieron a buscar gratuitamente al aeropuerto. El pobre conductor era la tercera vez que iba a buscarnos, por las sucesivas cancelaciones.

En el hotel nos recibieron con una atención extrema: los empleados y el mismísimo encargado salieron a la puerta a recibirnos con el saludo típico de Camboya (una especie de reverencia con las manos unidas delante del pecho), una toallita refrescante y una taza de té frío para tomar mientras esperábamos a que nos tomasen los datos. La atención fue excelente en todo momento.

Las habitaciones son bastante grandes con un baño casi nuevo en muy buen estado. Tienen aire acondicionado y nevera, así como Wifi gratis y además hay un par de ordenadores en el pasillo. Si quieres bañarte en la piscina, en recepción te dan unas toallas. La piscina es de mediano tamaño, más que suficiente para refrescarse y está en medio de un tranquilo y refrescante jardín de flores y plantas tropicales. También tienen transporte gratis hasta el centro de la ciudad 3 veces a lo largo de la tarde.

Para completar el comentario sobre el hotel, un par de detalles feos. Contratamos con ellos el coche para hacer las visitas a Angkor Wat. Si quieres ir al templo de Beateng Sair (Templo de las Mujeres), que está a 20 km, te cobran $10 extra (por encima del precio previamente pactado) pero no te avisan hasta que estás ya en el coche realizando otras visitas así que estás atrapado. Por otra parte reservamos con ellos para que nos llevaran al aeropuerto pero no fue hasta que nos presentaron la factura que nos enteramos que el traslado gratis al aeropuerto solo es en un sentido (para recogerte, pero no para llevarte), y ésto nos costó otros 10$ más. Son cosas que podían habernos avisado con antelación y que afearon la imagen que nos llevamos del hotel que hasta entonces había sido excelente.

A la mañana siguiente comprobamos que el desayuno era abundante, pudiendo elegir un plato (p.ej. huevos fritos, tortilla, tostada, noodles, burritos) y bebida de una amplia selección.

El impresionante Angkor Wat

Como ya eran las 2 de la tarde alquilamos un coche directamente en el hotel ($30) y nos dirigimos al templo mas importante de todos: Angkor Wat.

Para entrar a todo el conjunto hay pases de un día ($20), 3 días ($40) o una semana ($60).

Angkor Wat

Angkor Wat está a unos 8 km de Siem Reap. Es un recinto rodeado por un enorme foso de 200 m. de ancho. Nada más cruzar el puente y pasar la entrada ya se ve el famosísimo templo central con sus torres asemejando montañas de acuerdo a la leyenda hindú que representa.

Angkor Wat

Antes de ir al templo central es imprescindible hacer un recorrido por los muros que lo circundan, donde hay grabadas varias escenas de guerras legendarias y de mitología hindú. El detalle de estos grabados en piedra es exquisito y merece la pena tener algún tipo de guía (humana, en papel o electrónica) que te indique lo que representa cada mural. Si no llevas guía no hay problema: afuera de Angkor Wat hay cientos de vendedores que te ofrecen guías varias desde $2 aunque regatendo un poco se pueden conseguir 2 por $1. Lo bueno es que no dejan entrar a vendedores, excepto a unos pocos, al interior del recinto.

Entrando desde el muro hacia el centro vemos varios patios todos profusamente grabados y nos dirigimos a la torre central que representa a la montaña sagrada de 750.000 km de alto desde la que Visnu creó el mundo. En ella hay un templo budista así que no se te permite subir con pantalones por encima de las rodillas ni con los hombros descubiertos ni curiosamente tampoco si vas tapado con un chubasquero (?!?!?). A las 5 cierran la torre, así que hay que calcular para subir antes. Nosotros llegamos por los pelos.

En conjunto es un templo impresionante, sin duda lo más bonito que hemos visto hasta el momento con mucha diferencia. Hay que tener en cuenta que estos edificios estuvieron abandonados varios siglos y que la selva se los “comió” literalmente. La mayoría de templos del conjunto son reconstrucciones hechas con los bloques de piedra encontrados desparramados por el lugar. Angkor Wat es quizá el que se encontró en mejor estado y sin duda es una visita imprescindible.

Angkor Wat

Nos dirigimos a continuación al templo de Bakheng, situado encima de un montículo y famoso lugar para observar la puesta de sol sobre Angkor Wat. Hay que decir que desde arriba apenas se ve ningún otro templo, aunque las vistas merecen la pena. La subida se hace a pie y se tarda entre 15 y 20 minutos. También tienes la opción de subir ($20) o bajar ($15) en elefante. A las 18:00 hay un guardia que ordena a todos los turistas a bajar antes de que el camino se quede a oscuras.

“Pub street”

Tras un refrescante baño en la piscina y un breve pero necesario descanso cogimos el transporte del hotel para ir al centro de la ciudad. En ese momento caía un chaparrón impresionante que hizo casi inútiles los chubasqueros y que se prolongaría algo más de 1 hora. Según nos contaron, en la temporada de lluvias (de Abril a Octubre) todos los días cae un chaparrón de este tipo, así que hay que venir preparados para ello.

Bajamos corriendo de la furgoneta y nos metimos en el primer bar que vimos, el Red Point. En Siem Reap la mayoría de bares y restaurantes se concentra alrededor de una calle conocida como “Pub Street” que es adonde van prácticamente todos los turistas que quieren cenar y tomar unas copas. A su lado hay un mercadillo nocturno que abre hasta las 12 para aprovechar el hecho de que los turistas van allí solo por la tarde cuando ya han acabado las visitas.

restaurante_redCenamos en el Red Point ya que la lluvia no permitía ir a otro sitio pero la comida fue bastante floja. Incluso la cerveza del lugar, la Anchor draught, era el doble de cara ($1) que en bares cercanos.

En el mercadillo lo más curioso eran unas tiendas que tenían bañeras o pequeñas piscinas llenas de peces que resultaron ser establecimientos de masajes en los pies. El masaje lo hacen los pececillos que van comiendo los restos de piel muerta que pudiera haber en tus pies.

La vuelta al hotel la hicimos en tuk-tuk, un carrito tirado por moto ya que el último transporte del hotel había pasado hacía un rato. Nos pidieron $3 aunque finalmente logramos sacarlo por $2 para los cuatro.

Hoi An. Playa y compras

En Hoi An nos encontramos muy a gusto. El hotel tenía los suficientes servicios como para hacer la estancia agradable y estaba lo suficientemente cerca del centro de Hoi An como para acercarnos varias veces. Para colmo teníamos una enorme y preciosa playa a pocos minutos, así que decidimos quedarnos un par de días más.

En el centro encontramos actividad en las tiendas y entretenimiento en los bares, en un lugar más apacible que otras ciudades de Vietnam por el hecho de que no se permitía prácticamente el acceso a ninguna moto. Fue un tiempo de compras y regateos, de probar los trajes para que quedasen perfectamente a la medida, de granizados y zumos de frutas frescos para paliar el sofocante calor y también de buenas cenas como la del Mermaid, adonde fuimos nuevamente.

También tuvimos tiempo para acercarnos a la inmensa playa. El hotel tiene un acuerdo con un chiringuito gracias al cual puedes disfrutar gratuitamente de las hamacas y sombrillas situadas en la arena. Lo que unido al transporte gratis desde el hotel hacía mucho más cómoda nuestra estancia. Unas horas de descanso en la hamaca bajo el caluroso cielo vietnamita mientras tomas alguna cerveza o cóctel vienen fenomenal para poner el cuerpo a punto para continuar el viaje.

Playa de Hoi An

Odisea hacia Camboya

El último día un coche ($20) nos llevó al aeropuerto de Da Nang, a unos 40 km, para tomar el vuelo primero a Ciudad Ho Chi Minh y luego enlazar con otro hacia Siem Reap en Camboya.

El primero se retrasó más de 2 horas. De hecho el personal de Vietnam Airlines nos cambió desde este vuelo retrasado al siguiente programado, que iba en hora y que a la postre salió antes aún que el anterior. Me pareció un gesto de eficiencia para intentar que no perdiésemos el enlace.

Lamentablemente este vuelo también sufrió algo de retraso y cuando llegamos a Ciudad Ho Chi Minh el enlace hacia Camboya ya había salido. Nada más descender del avión nos estaba esperando un empleado de la compañía que nos informó de la situación, nos recolocó en el primer vuelo de la mañana siguiente, nos hizo los papeles necesarios para reclamar al seguro de viaje (por los gastos del hotel que teníamos reservado en Siem Reap y que no íbamos a disfrutar) y nos acompañó hasta un taxi que nos llevaría a pasar la noche en el First Hotel de Ciudad Hi Chi Minh todo ello a cargo de Vietnam Airlines.

Si bien el retraso de los aviones no tiene disculpa, al menos el trato personal me pareció muy bueno. Quizá fuese por ser extranjeros, pero me resulta inimaginable pensar en que Iberia se fuese a comportar de una forma remotamente parecida.

No obstante, nuestros planes sufrían el primer retraso.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redLa cerveza (bia) más extendida y que podrás encontrar en todo Vietnam es la Tiger, una cerveza fresca y ligera que entra muy bien.

Además de Tiger en la zona norte domina la marca Hanoi, y en el Sur la Saigón (obvio ¿no?). En casi todos los bares y restaurantes es posible encontrar también Heineken, pero ya no hay otras marcas extranjeras a la venta.

En todo el país es habitual tomar cerveza fresca, o bia hoi. Se toma sobre todo en los bares callejeros y cuesta unos 4.000 dongs (¡menos 20 céntimos!) la jarra. Además esta buenísima y entra muy bien.

En Ciudad Ho Chi Minh tienen también San Miguel. Sí, la de toda la vida, aunque según un guía que nos habló de cervezas, él la ubicaba como originaria de… Filipinas 🙂

Hoi An. La más encantadora

El desayuno buffet del hotel Glory es de lo más abundante. Puedes pedir que te preparen lo que quieras: huevos fritos, tortilla, crepes o por supuesto noodles hechos en el momento.

Patrimonio de la humanidad

La parte antigua de Hoi An conserva muchas casas en el estilo antiguo hechas con madera. Al haber sido un importante puerto comercial con China y Japón hay mucha influencia de estos países en las construcciones de la ciudad.

El sistema de visitas es muy curioso. Compras un ticket por 90.000 dongs que te da acceso a 5 edificios de la ciudad que puedes elegir. Nosotros primero visitamos una casa típica donde vimos la mezcla entre arquitectura vietnamita, china y japonesa así como la veneración que tienen aquí por los antepasados. Posteriormente el templo de Tan Ky donde conservan una foto de una visita que hizo la Reina Sofía. Es un templo muy colorido en su interior, donde destacan especialmente dos fuentes con unas impresionantes estatuas de dragones de tipo chino y unos cuantos peces de colores en el agua, así como las curiosas espirales de incienso que cuelgan del techo.

Hoi AnHoi An

La caminata por las calles del centro de Hoi An resultó ser un relajante paseo, primero porque la circulación a motos y coches está restringida en el casco antiguo y además porque tienen colocados un montón de altavoces por las calles y caminábamos rodeados de música de piano.

Al mediodía el calor empezaba a ser insoportable así que paramos a tomar algo en el Bazar Café. Este es un sitio muy agaradable, de decoración muy cuidada con ambiente tradicional y buena atención. Además los batidos de frutas están de miedo.

El puente japonés es la construcción mas emblemática de la ciudad. Es un puentecillo cubierto con un tejado de madera, en realidad bastante pequeño y no muy bien conservado. Seguro que su valor histórico es muy superior al visual.

Con los tickets que nos quedaban visitamos también otra de las cientos de casas tradicionales que se conservan intactas en la ciudad, aunque resultó ser más bien una tienda de recuerdos encubierta. Son visitas más curiosas que espectaculares.

De compras

Hoi An también es famosa por sus innumerables sastrerías. Cada calle está plagada de tiendas donde se hacen trajes, vestidos y toda clase de ropa a medida. Quizá la zona de tiendas más prestigiosas sea la calle Le Loi. En las sastrerías tienen catálogos de ropa de moda, trajes y vestidos de marcas conocidas que llevan los famosos, sólo tienes que elegir lo que más te guste y ellos lo copian con todo detalle y te lo hacen a medida en pocas horas.

Una vez cumplidas las visitas turísticas era momento de mirar y encargar unos trajes. Tras una buena negociación un traje hecho a medida me salió por $80 en la sastrería Luna de la calle Le Loi, que me pareció que tenía unos acabados muy buenos. Unos vestidos de seda también hechos a medida en otra tienda costaron unos $30 cada uno. Nos prometieron entrega para el día siguiente a las 15:00.

Otra buena cena

restaurante_redPara cenar volvimos al Bazar Café por su amable atención y por la buena pinta del menú. Nos pasaron al patio trasero que guardaba el mismo estilo de decoración colonial y decidimos pedir también Wonton, aunque no estaban tan buenos como los del día anterior. Una de las especialidades del local son las brochetas. Yo me decidí por las de cerdo con salsa de limón que estaban muy ricas. En conjunto la comida estuvo muy bien aunque no alcanzó el sublime nivel del Mermaid.

Un detalle de la buena atención fue que les preguntamos por la forma de hacer esos adornos tan típicos con forma de flores elaborados con zanahoria y pepino, y nos sorprendieron invitándonos a pasar a la cocina para que viésemos al cocinero preparar con increíble habilidad uno de esos adornos que incluso nos pudimos llevar de recuerdo.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redEl cuarto de baño típico en Vietnam, al menos en los hoteles, no tiene la ducha separada del lavabo ni de la taza del w.c. por lo que cuando te duchas mojas todo el baño. Desde este blog recomendamos apartar el papel higiénico antes de darte una ducha para que no se moje :-).

Pero lo que más me llamó la atención es la pequeña ducha que hay junto a la taza del wc y que sirve para limpiarse las “partes bajas” a modo de sustituto del bidé. Por lo que me han contado este artilugio es bastante frecuente también en países del Magreb. No estuvimos en un solo hotel de Vietnam que no contase con su “manguerilla”.

De Hue a Hoi An

Por el río del Perfume

Tomamos el desayuno estándar de tortilla, tostadas y café en la terraza del hotel con vistas a Hue y luego contratamos en el hotel una excursión en barca por el río Perfume hasta la pagoda de Thon Dom por $2.

Nos vino a buscar un señor en moto, pero no para transportarnos sino para acompañarnos a pie hasta su barco, que estaba en el embarcadero bastante cerca del hotel. Allí estaba también su mujer embarazada. Parecía que el barco fuese también su casa ya que al fondo tenían la cocina y algunos enseres.

Nada más subir nos preguntaron lo que queríamos comer a bordo, pero le dijimos que no queríamos comer y que solo tomaríamos unas bebidas. No habían pasado ni diez minutos de viaje cuando la mujer del barquero desplegó su amplio muestrario de mantelitos, servilletas bordadas y marcalibros pintados a mano. Estábamos seguros de que algo nos iban a intentar vender durante la excursión, así que ni nos sorprendimos.

Tras una lenta travesía por el río llegamos a la pagoda. Ésta era un poco más alta y decorada que las que habíamos visto hasta ahora, a excepción de la del lago del Oeste en Hanoi. Era bastante bonita y también el templo budista que había en el recinto, muy limpio y cuidado. Se notaba que estaba en uso, hasta tuvimos que descalzarnos al entrar.

Hue. Pagoda de Thon DonHue. Río del Perfume

Con más tiempo se puede prolongar la excursión en barca hasta alguna de las tumbas de los emperadores que están a las afueras de Hue. Estas tumbas las construían en vida cada uno de ellos y son una muestra de sus logros. La más visitada por lo cercana es la de Tuc Do.

Nosotros no pudimos visitarlas ya que a la 1:30 teníamos que coger el autobús hacia Hoi An, así que después de visitar la pagoda dimos la vuelta hacia el embarcadero.

Comimos en un pequeño bar cerca del hotel aunque nada a destacar: los típicos rollitos, noodles, arroz y unas ensaladas de fruta fresca que entraron muy bien dado el calor que hacía.

Sorprendentemente el autobús llegó antes de la hora en vez de retrasarse como de costumbre y nos encontró todavía en la mesa. Aunque el viaje se hacía de día el bus que vino a recogernos fue un autobús-cama. Al estar casi vacío pude ponerme en un asiento distinto al del otro viaje y comprobar que efectivamente el que me había tocado la vez anterior era de los más pequeños. ¡Menuda diferencia!

Da Nang desde el bus

En el camino a Hoi An pasamos por la ciudad y puerto de Da Nang. Es la tercera mayor ciudad del país y por lo visto desde el autobús es la que más apariencia de modernidad tiene de las vistas hasta ahora. En el centro están reemplazando las manzanas de casas estrechas por rascacielos de cristal. En las afueras están construyendo unos pabellones deportivos de diseño vanguardista.

Desde Da Nang hasta Hoi An es una carretera que va bordeando la costa en paralelo a una larguísima playa de más de 30 km. Cerca de Da Nang están creciendo multitud de resorts y complejos hoteleros de las marcas más conocidas como Hyatt, Meridien o Crowne. Lo último que esperaría encontrar en un país comunista.

Hoi An, la ciudad más bonita

Llegamos a Hoi An tras 4:30 de viaje en el que recorrimos unos 110 km… O sea, a unos 30 km/h.

El bus nos dejó delante del hotel Green Field, donde nos esperaban un montón de cazaturistas de profesiones varias ofreciendo todo tipo de “chollos”. Esta vez hasta entraron al bus a ofrecernos sus hoteles/taxis/motos en nuestro mismísimo asiento. Miramos primero en el mismo Green Field donde nos pidieron $12 por la habitación, pero nos pareció muy viejo y la piscina pequeña y muy sucia así que no nos quedamos.

hotel_redA 100 metros estaba el Glory Hotel en un edificio con mucha mejor presencia. Las habitaciones eran muy grandes al estilo de un 4 estrellas español, decoradas sorprendentemente con muy buen gusto en estilo colonial. El baño era nuevo, de estilo más o menos japonés, con ducha separada y bañera. Como servicios adicionales tiene piscina, wifi gratis en todo el hotel, 4 ordenadores con Internet de uso libre en recepción, bicicletas gratis a nuestra disposición, transporte en furgoneta hasta la playa, fruta fresca el primer día (fre fru fo fri fer dei) y 2 botellines de agua por día. Regateando un poco nos lo bajaron a $45 con desayuno incluido. Dado el calor de este país pensamos que haríamos un buen uso de todos los servicios como así fue.

Para empezar nada más instalarnos nos dimos un baño en la piscina para refrescarnos del largo viaje.

La mejor ciudad de Vietnam

Salimos del hotel hacia el centro de Hoi An aunque nos equivocamos y anduvimos casi 2 km en sentido opuesto hacia la playa. Al darnos cuenta paramos un taxi que nos cobró 30.000 dongs hasta el centro. Sorprendentemente en Hoi An los taxis ponen directamente el taxímetro, que no parece trucado, los conductores están bien vestidos con corbata y los coches son bastante nuevos. Casi nos indigna el hecho de no tener que pelear con ellos 😛

El centro de Hoi An al lado del río es precioso por la noche, todos los bares tienen multitud de farolillos chinos de seda que dan un colorido espectacular al aseo. Además en el río hay unas estatuas iluminadas de animales que completan el conjunto.

Luces y farolillos de Hoi An

La mejor cena de Vietnam

restaurante_redBuscamos rápidamente restaurante ya que era bastante tarde, casi las 9. Muchos sitios estaban cerrando y nos fuimos hasta el Mermaid, recomendado en varios foros, donde nos avisaron que la cocina estaba a punto de cerrar.

De entrante pedimos Wonton, que es uno de los platos típicos de Hoi An. Es una especie de mezcla de verduras sobre un “dorito” grande, un plato de origen chino. Estaba riquísimo.

Como plato principal pedí chipirones rellenos de cerdo y verduras. Resultó una combinación absolutamente exquisita gracias a la salsa con la que estaba cocinado. Hacía tiempo que no probaba algo así.
Los platos que pidieron los demás estaban también deliciosos. Por ejemplo las gambas con salsa de tamarindo o el atún a la plancha con verduras. Fue la mejor cena hasta el momento en Vietnam, por lo rico y por lo variado del menú, que se salía del típico arroz y noodles. Como pero hay que decir que el servicio fue un tanto malo, cosa rara en este país.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redVelocidad de los transportes. El promedio de 30 km/h del viaje entre Hue y Hoi An no es nada inusual en los desplazamientos por carretera por lo que hemos visto y sufrido, así que vale tomarlo como referencia para calcular tiempos.

Entre Hanoi y la ciudad de Halong Bay tardamos 4 horas para 150 km. Entre Halong Bay y Ninh Binh 4 horas para 175 km. Entre Ninh Binh y Hue fueron 11 horas para 550 km.

Hue. La ciudad imperial

El viaje en autobús hacia Hue se me hizo eterno. Al final pude dormir unas 2 ó 3 horas a ratos entre los bocinazos, bruscos frenazos, la impagable música de grandes éxitos vietnamitas, una fuerte tormenta nocturna o la no menos impagable guinda matutina con los vídeos-karaoke de Modern Talking (WTF?!?!).

La ventaja es que aprovechas más el tiempo de tus vacaciones viajando de noche.

Llegada a Hue

Hue es una populosa ciudad del centro de Vietnam, aunque tiene la misma pinta que cualquiera de ellas: tráfico caótico atiborrado de motos y ruido, un negocio en cada casa, aceras ocupadas, gente con mascarillas…

El autobús nos dejó en la zona de hoteles. Nada más bajar había una horda de cazaturistas ofreciendo su hotel. Ya teníamos mirados algunos en la guía así que nos armamos de paciencia y pasamos de ellos. Mientras mirábamos el mapa y decidíamos el rumbo a tomar, varios de los cazaturistas que nos perseguían opinaban sobre lo que hablábamos y señalaban insistentemente en nuestro plano la ruta que debíamos seguir hacia su hotel.

hotel_redDe la que íbamos caminando vimos un hotel nuevo, el Canary Hotel, al que entramos a preguntar. Efectivamente las habitaciones y el baño estaban impecablemente nuevas y la atención fue muy amable, incluso nos dieron de beber mientras decidíamos si nos quedábamos o no. Una habitación con dos camas grandes y ducha separada en el baño costaba $15 ($18 con desayuno). Una habitación pequeña con una cama matrimonial y ducha integrada en el baño $12 ($13 con desayuno… ¿sólo 1 dólar más?). También había alguna habitación con jacuzzi al mismo precio que la grande. Todas las habitaciones tenían wifi, nevera y aire acondicionado, además el hotel disponía de tres ordenadores en la recepción.
Nos pareció que estaba estupendo así que dejamos las maletas y nos preparamos para recorrer Hue. Luego vimos que la mayoría de hoteles y restaurantes se concentran en las 4 ó 5 calles contiguas a nuestro hotel incluyendo varios hoteles de alta categoría.

La ciudad imperial

La Ciudad Antigua está a la otra orilla del río del Perfume (no, no tiene ningún aroma especial). Dentro de ella y rodeada por una gruesa muralla está la Ciudadela que es el recinto central donde vivían el Emperador y su corte. En su interior se sitúa la Ciudad Púrpura Prohibida donde solo podían entrar el emperador, sus concubinas y los sirvientes eunucos (¡qué listillo!).

Cruzamos el puente sobre el río Perfume rumbo a la Ciudadela bajo un calor sofocante. Habría cerca de 40 grados aunque la sensación de humedad era algo menor que en otros sitios.

Hue

Algunos conductores de bicicletas nos ofrecieron sus servicios pero los rechazamos. Varios de ellos nos siguieron durante un buen trecho diciéndonos que a esta hora (serían las 12) la Ciudadela estaba cerrada y que abriría a la 1:30 ofreciéndonos un paseo de 1 hora por la ciudad antigua. En la guía que llevábamos ponía que no cerraba a mediodía así que, como a estas alturas ya conocíamos el espíritu liante de los vietnamitas, no les hicimos caso y nos dirigimos a la entrada. Los bici-taxistas nos indicaron el camino a las taquillas pero cuando llegamos a la puerta indicada por ellos estaba efectivamente cerrada. Finalmente decidimos preguntar en un hotel cercano donde por fín nos indicaron la verdadera localización de la entrada principal: justo enfrente de una gran bandera de Vietnam que ondea junto al río.

Es decir, que los liantes de la bici-taxi nos guiaron a la puerta lateral del recinto que sabían perfectamente que estaba cerrada para que les contratásemos el paseo de una hora, justo lo que tardarían según ellos en abrir las taquillas. En fin, otro ejemplo más de intento de tomadura de pelo, por suerte les vimos el plumero desde el principio.

Más tarde, ya cansados de caminar con aquel calor, intentamos que una de estas bicicletas nos llevase directos al hotel. Nos pidió 80.000 dongs y no accedió a regatear. Rechazamos por lo exagerado ya que un taxi con aire acondicionado en Hanoi cuesta menos de la mitad.

La entrada a la Ciudad Imperial (55.000 dongs) es un imponente edificio de madera de dos pisos con el típico techo oriental. El emperador usaba el balcón de la parte alta para presentarse ante el pueblo, que le escuchaba desde la gran plaza que había delante de la fachada principal. Cruzando este edificio de entrada se llega a otra construcción aún más imponente: el pabellón del trono, sustentado por gran cantidad de columnas lacadas en rojo y decoradas con motivos orientales en oro, la mayoría dragones y flores. En el centro se encontraba el trono en madera y oro donde hacía las recepciones el Emperador. Nos explicaron después que el dragón era el símbolo de la dinastía imperial de los Nguyen y por eso había dragones por todas partes.

En cuanto al resto de la Ciudadela está en proceso de reconstrucción ya que quedó prácticamente toda ella destruida durante la guerra y por eso tiene menos interés. Solo hay un pequeño templo en el extremo suroeste y otro edificio en proceso de restauración con un estanque y jardines en el extremo noroeste. En estos jardines había unas fuentes con agua pulverizada que nos devolvieron la vida bajo el abrasador sol.

Hue. Ciudad ImperialHue. Ciudad Imperial

Recuperando fuerzas

Volvimos caminando al hotel y como no nos quedaban fuerzas para seguir visitando monumentos bajo el solazo nos metimos en la piscina de un hotel cercano. Nos dijeron que realizando una consumición podríamos disfrutar de la piscina gratis, así que estuvimos allí un buen rato dándonos un merecido y refrescante chapuzón. La “sorpresa” llegó a la hora de salir, cuando por supuesto nos intentaron cobrar una entrada de 70.000 dongs a cada uno además de las bebidas, a lo que nos negamos. Es increíble y agotador como hay que estar atento en todo momento, siempre te intentan sacar un dinero extra con cualquier excusa.

restaurante_redPara la cena fuimos al Tropical Garden. Haciendo honor a su nombre tiene unos jardines muy acogedores a la entrada. Nos fuimos al comedor de atrás donde por las noches hay un grupo de música tradicional tocando en directo durante la cena. La musica fue muy agaradable y para nada molesta ya que el sonido era muy suave y hacían alguna pausa entre canción y canción.

Desde luego estábamos aquí por la comida y comimos muy bien. Hay varios menús degustación ya preparados con una selección de platos típicos. Te da la oportunidad de probar la variedad de la comida vietnamita y además estaba todo muy rico.

Dos menús, tres platos sueltos y bebidas para 4 nos salió por 225.000 dongs por cabeza (9€). Una ganga por lo bien que comimos y lo agradable del sitio.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redCon el calor y la humedad tan altas lo habitual es estar todo el día sudando y perdiendo líquidos por lo que es muy importante beber a menudo. Hay tiendas y vendedores ambulantes por todas partes por lo que es muy fácil encontrar a alguien que te venda agua.

Para una botella de 1,5 litros el precio habitual está entre 10.000 y 15.000 dongs aunque en algunos sitios muy turísticos nos han pedido 20.000. En los hoteles el precio suele ser 10.000 dongs.

Resulta que este precio que parece muy barato no lo es tanto. En cualquier supermercado de España es posible encontrar botellas de agua de 1,5 litros por menos de treinta céntimos, un precio bastante inferior a los 10.000 dongs (unos 40 céntimos).

Ninh Binh. En barca por Tam Coc

Arreglando el siguiente destino

Parque Nacional de Cuc Phuong

Finalizada ya nuestra relajante estancia en la selva, en la recepción del parque nos consiguieron un taxi para bajar los aproximadamente 30 km que hay hasta Ninh Binh ($25). La siguiente etapa del viaje era ir hasta Hue pero como no teníamos el transporte contratado, una vez ya en la ciudad nos fuimos a la estación de autobuses para informarnos. Para nuestra sorpresa no había ninguna linea de autobús que hiciera ese recorrido aunque nos dijeron que en algunos hoteles organizaban los Open Tour característicos para mochileros.

En la estación de tren vimos que había varios trenes que paraban en Ninh Binh con dirección al sur, incluyendo uno nocturno a eso de las 22:00. El coche cama costaba unos 350.000 dongs.

Preguntamos en un par de hoteles por el Open Tour. En el hotel Queen Mini, cerca de la estación de tren, nos ofrecieron un autobús con camas que salía a las 21:30 y costaba 270.000 cada uno. Nos decidimos por esta opción.

Escalera infinita

Teníamos que pasar el día por la zona. La ciudad de Ninh Binh no tiene nada que ver salvo la carretera nacional que la atraviesa y por donde pasan multitud de camiones aturdiéndote con sus potentísimas bocinas. En el hotel nos concertaron un taxi por $22 para hacer una excursión de un día por las cercanías.

La primera parada fue el templo de Hang Mua (20.000 dong). Consiste en un pequeño estanque abandonado que conserva todavía algo de la belleza con la que fue construido, y de una interminable y agotadora escalera de 450 escalones que te lleva a un pequeño templo en el pico de la montaña. Una vez que te recuperas de la falta de aliento por los escalones y el insufrible calor, desde allí hay muy buenas vistas de las tierras de alrededor incluyendo una parte del río que recorren las barcas de Tam Coc.

Templo de Hang MuaTam Coc. Vistas desde el templo de Hang Mua

La bahía de Halong en tierra

A continuación nos dirigimos a Tam Coc. La zona alrededor de Ninh Binh es llana con arrozales y con múltiples pequeñas montañas de roca aisladas que se asemejan a los islotes de la bahía de Halong. Por el medio de ellos pasa un río que se puede recorrer en barca a remos. La entrada cuesta 30.000 y luego una barca para dos son 60.000 dongs más.

Tam Coc

En las guías advierten insistentemente de que Tam Coc es una trampa para turistas ya que una vez estás en la barca te acorralan vendedores de todo tipo que no te dejan en paz. Supongo que se han reformado algo ya que solo nos asaltaron al finalizar el recorrido justo antes de dar la vuelta pero no fueron excesivamente pesados. Al menos no más que entras partes. Eso sí, intentaron el truco de que les comprásemos una bebida para el remero. En las guías avisaban de que luego el remero revendía otra vez esta bebida al vendedor original y se quedaba la mitad. ¡Ojo! También durante la vuelta el remero abrió una caja en la que tenía mantelitos bordados por las mujeres de la zona y camisetas pero tras un breve vistazo le dijimos que no nos interesaba y no insistió. Para acabar nos pidió una propina, aunque ahí nos hicimos los locos.

Tam Coc

En cuanto al paseo es muy bonito. Pasas por debajo de tres de los peñascos por unas cuevas que ha ido excavando el río. A pesar de los numerosísimos botes el escenario es muy tranquilo y agradable. Desde luego merece mucho la pena el pequeño sufrimiento de los vendedores para verlo. Es un lugar inolvidable.

Tam CocTam Coc

Los remeros además son un espectáculo ya que tienen la alucinante habilidad de remar ¡con los pies!

Unas pagodas

Poco antes del final nos bajamos de la barca junto a un cartel para ir a un pequeño templo a 300 metros. El templo estaba muy cuidado y nos recibió un encantador anciano de larga barba que me recordó al típico sabio chino de las películas. Al llegar nos dió unas barritas de incienso para hacerle una ofrenda a Buda. Nos tocó algún instrumento tradicional e incluso nos dejó hacer pinitos con uno de ellos. Fue tan amable que le dejamos una donación.

Por ultimo fuimos a la pagoda de Bich Mong que al parecer es un lugar de peregrinación vietnamita. La pagoda en si misma no tiene nada de particular salvo que está metida en una roca al estilo del santuario de Covadonga.

Una comida local local

A la vuelta a Ninh Binh, totalmente empapados de sudor como al final de cada día, nos refrescamos tomando algo en la terraza del hotel Thuy An, que resultó un sitio bastante tranquilo y además fresco por la brisilla que daba en las alturas. Hay vistas de Ninh Binh aunque solo se veían tejados. Lo mejor los batidos de frutas helados, una gozada tras otro día agotador.

Para cenar intentamos localizar un sitio que venía en la guía como Bia Hoi Place. Al final vimos que era una concentración de bares callejeros para beber la cerveza fresca y entramos en un local contiguo donde solo se veía gente local. Tal es así que ni tenían carta en inglés ni nadie del local hablaba otro idioma más que vietnamita. Así que tuvimos que pedir a ciegas, señalando platos de la carta y de las otras mesas.

Lo que habíamos pedido creyendo que eran noodles al final resultaron una especie de ¿callos? gomosos muy malos que apenas se podían masticar. Menos mal de una salsa fuerte con la que al menos podías intentarlo. Luego pedimos un pollo con salsa de bambú, este plato sí que estaba rico y nos recordó a pollo al ajillo pero con toque dulce gracias al bambú que lo hacía delicioso. En el último plato y después de la experiencia con los ¿callos? fuimos a lo seguro y pedimos arroz (Com) que al final estaba un poco insípido.

La que estaba buenísima era la cerveza fresca (Bia Hoi). Muy ligera, entraba sola. Nos quedamos con ganas de más.

Al final la cena en el restaurante local resultó toda una experiencia culinaria, aunque tampoco fue demasiado barato ya que pagamos 75.000 dongs.

¿Dónde está mi tren?

Volvimos al hotel Queen Mini para esperar el autobús-cama a Hue. Allí nos dejaron darnos una ducha en un pequeño baño en la planta baja, como sucede en casi todos los hoteles en los que hemos estado.

El autobús venia prácticamente lleno. Me tocó una cama en la parte de arriba al fondo junto al baño que debía de ser mas pequeña que las otras ya que yo la encontré claustrofóbica y en cambio en otras había algún paisano inglés grande que no se le veía muy apretado.

Desde luego entre el calor y el poco espacio me entró un agobio que me apeteció bajarme allí mismo. Incluso eché de menos el incómodo tren de Sapa. Ya que parecía que no iba a poder dormir, al menos podría dedicar las 11 horas de viaje que nos esperaban por delante a la lectura (importante traerse un libro para estos largos viajes) y a este blog.

Curiosidad vietnamita

curiosidades_redLa Bia Hoi es una cerveza que se hace prácticamente en el día por lo que está casi sin fermentar resultando muy ligera. Te la sirven muy muy fría lo cual se agradece enormemente en este caluroso y húmedo clima. No es nada habitual encontrarla en bares o restaurantes, donde se sirven latas y botellas de marcas más conocidas. Hay que ir a algún bar local o mejor en los pequeños bares callejeros de mesas con taburetes esparcidos por la acera.